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La reforma eléctrica y el efecto mariposa

Por Dra. Yolanda Villegas y Dr. Paul Sánchez

10 de noviembre de 2021

El efecto mariposa es un postulado teórico que postula que en un sistema dinámico caótico cualquier pequeña distorsión en las condiciones iniciales tendrá un efecto de amplificación que generará consecuencias de largo plazo que modificarán de manera substanciales las condiciones iniciales. 

La reforma eléctrica presentada por la actual administración presenta una situación similar al efecto mariposa pues, si bien los cambios se originan en el sector eléctrico, estos cambios tienen repercusiones en todo el sector energético, incluyendo el sector de hidrocarburos, particularmente el sector de petrolíferos.

En virtud de generar un poco de contexto, la reforma eléctrica presentada el viernes 1 de octubre, modifica los artículos 25, 27 y 28 constitucionales y propone nueve transitorios. La se concentra en el sector eléctrico y tiene como objetivo fundamental garantizar el 54% del mercado de generación de energía eléctrica a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con el elusivo objetivo de reducir los precios de la electricidad. 

Para ello, se eliminan todos los contratos y permisos vigentes en materia de electricidad, con esto desaparecen los regímenes de autoabasto, producción independiente y modifica, potencialmente, los esquemas de contraprestación de generación distribuida. Además, se restructura la CFE para generar de nueva cuenta una sola organización, de forma que las subsidiarias como CFE Transmisión, CFE Distribución CFE Suministro Básico y filiales como CFE Calificados desaparecen. Subsisten, sin embargo, CFEnergía, CFE Internacional y CFE Capital.

Si bien se reconoce que se mantendrán de alguna forma aún no explicada la participación de empresas privadas en la generación de energía eléctrica, CFE se reserva el derecho exclusivo de vender energía a los usuarios finales. De esta forma se genera un esquema de monopolio en las ventas para los usuarios finales y un monopsonio (un solo comprador) del lado de los generadores. De esta forma, CFE se convierte al mismo tiempo en monopolio y monopsonio.

Otras cosas relevantes de la reforma son que el Centro Nacional de Control de Energía se reintegra dentro de CFE quien absorbe las funciones de despacho eléctrico, es decir, que determinará el orden en el cual las plantas de energía eléctrica serán ordenadas para satisfacer la demanda eléctrica.

Por su parte, se establece el litio como un mineral estratégico por lo cual solo el Estado podrá realizar por cuenta propia las actividades de explotación de este. En este sentido, el Estado no entregará concesiones ni contratos, sino que, se espera, que se desarrolle a través de empresas u organismos estatales. 

Hasta este punto, hemos observado solo los cambios en el sector eléctrico, pero va más allá de esto. Son tres los aspectos institucionales importantes que tienen repercusiones fundamentales en la forma de operación y estructura del sector de hidrocarburos. El primero de ellos es que desaparece de la Constitución el concepto de Empresa Productiva del Estado. 

Si bien, la iniciativa de la reforma solo hace referencia CFE, al desaparecer el régimen de empresa productiva, entonces, significa que PEMEX también tiene que adoptar una nueva forma reconocida por la Constitución. Hasta este punto solo podemos hacer conjeturas ya que la iniciativa señala que CFE se convertirá en un organismo del Estado y que no dependería de la Administración Pública Federal y, en esta misma lógica, una de las nuevas atribuciones de CFE es desarrollar política pública ya que ahora será la responsable de la ejecución energética. 

En este mismo orden de ideas, podría ubicarse a PEMEX también dentro de esta nueva categoría lo que le permitiría tener más libertad y control del sector hidrocarburos. De forma análoga al sector eléctrico que se imagina la iniciativa de reforma, podría generarse un régimen donde PEMEX sea el único vendedor de productos petrolíferos para todas las empresas, como operaba antes de la reforma energética.

Uno de los puntos que soporta esta idea es que, en la iniciativa propuesta, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) desaparecerán y la Secretaría de Energía (SENER) absorbería sus funciones. De forma tal que los permisos, regulación y verificación que ahora se realizan dentro de la CRE serían desarrolladas ahora en SENER.

Si observamos la resistencia de SENER para otorgar nuevos permisos de importación de petrolíferos y de controlar en mayor medida el comercio nacional e internacional de hidrocarburos, podríamos ver una situación similar. Es decir, no habría nuevos permisos, autorizaciones y podríamos observar algunas cancelaciones. Si bien esto cae en la dimensión de conjetura, la concentración de facultades deja abierta la posibilidad.

En suma, el efecto mariposa de la iniciativa de reforma eléctrica tiene un efecto fundamental en el sector de hidrocarburos incluyendo el sector de petrolíferos, por lo que es vital observar esta iniciativa no solo dese el sector eléctrico sino desde todo el sector energético en general.

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